El pasado 25 de mayo en la localidad de Pinamar se celebró otro año desde la revolución de mayo de 1810. Organizado por la municipalidad, el día patrio se conmemoró con dos eventos, el primero, protocolar, a las 9 en la Plaza Primera Junta, y el segundo, festivo, a partir 10:30 hasta las 18 en el Skate Park.
El primer festejo
Éste contó con el tinte clásico, con más de 20 abanderados escolares y la bandera municipal izada en el asta por el primer intendente de Pinamar. Además, se cantó el himno Nacional argentino y hubo un aporte artístico: tocó una orquesta y se bailaron distintas danzas típicas. Sin embargo, el acto también tuvo su lado negativo, debido a que la convocatoria de gente fue realmente acotada. Según organizadores la razón de éste inconveniente se debió plenamente a un problema de falta de espacio físico; si esto fuese así creemos que tiene una fácil solución, contando el partido con diversos lugares públicos de mayor tamaño, por ejemplo, el polideportivo o la misma playa que es nuestro principal atractivo en la ciudad. Además, se dio lugar a distintas personas de poder hablar en el acto, y aunque fue una buena idea, algunos discursos se hicieron un poco largos y monótonos, vendría siendo hora ya de cambiarlos por charlas entretenidas, que lleven a la gente a querer escuchar, y no que sea pleno compromiso.
El segundo festejo
Aquí la patria argentina estuvo bien presente, bailaron los chicos de la escuela municipal de Folklore, se escuchó chacarera y música nacional en los grandes parlantes y se festejó como “a la antigua”, vendiendo comida y con un encuentro de todo el pueblo. Aun así, fue adaptado a la actualidad, reemplazando las vendedoras ambulantes de torta fritas por gacebos con adolescentes. Sin embargo, entrando en la organización del evento, se había hecho con más de dos semanas de anticipación un plan, que proponía vender únicamente comidas típicas (torta frita, pastelitos, empanadas) y ya había asignado lugar a muchos colegios e instituciones que querían participar. Lamentablemente, a pocos días del acto, se les avisó de un cambio en la idea, se podría vender ahora cualquier producto y en cuanto a lo salado solamente podría venderse en food trucks, de los cuales se compartirían las ganancias entre el dueño del mismo y dos entidades. El problema de este último cambio fue que muy pocas instituciones pudieron adherirse, ya que eran difíciles de conseguir los food trucks, y además muchas habían ya preparado otras comidas o simplemente veían que la ganancia no iba a ser proporcional al sacrificio. Si bien esta propuesta buscaba una mejor organización, debió haber sido avisada desde el principio, o sino debía haberse respetado lo que ya se había pactado. Además, la idea es que pueda participar la mayor parte posible de la comunidad, y de ésta forma hay muchos que no pudieron tener un lugar. Luego de la cobertura de ambos actos nos surgieron ciertos interrogantes. Por un lado, el hecho de cuestionar si realmente estamos yendo a festejar el aniversario de nuestra patria, o lo que nos mueve no es más que el aspecto comercial. Vemos que últimamente muchos esperan la fecha.